Cómo nos sentimos con nosotros mismos es uno de los pilares fundamentales para nuestro bienestar y salud mental y emocional. Aprender a convivir con nosotros mismos nos ayuda a que las relaciones con los demás también sean más positivas. Para aprender cómo mejorar la autoestima y las habilidades sociales debemos entender primero qué es y por qué es importante.
¿Cómo se forma la autoestima?
La autoestima se va formando desde la infancia según los mensajes que vamos recibiendo del exterior, de nuestros padres, abuelos, profesores, compañeros, hermanos… así vamos construyendo nuestro autoconcepto, lo que pensamos de nosotros mismos. También influyen los éxitos que vamos consiguiendo y cómo aprendemos a pensar sobre nosotros mismos y sobre el mundo.
La autoestima además se encuentra muy ligada a las habilidades sociales, un ejemplo es cuando expresamos nuestras emociones, realizamos elogios o sabemos recibirlos, ponemos limites, pedimos ayuda o iniciamos conversaciones. Saber comunicarnos de forma efectiva con los demás nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos y con las personas que nos relacionamos favoreciendo nuestro bienestar.
¿Por qué puede no ser buena nuestra autoestima?
Muchas veces los modelos que hemos tenido y de los que hemos aprendido a valorarnos no nos han favorecido porque tampoco ellos han tenido estos modelos adecuados que les ayuden a tener una sana autoestima y tampoco saben transmitirlo a los demás.
Otras veces la interpretación que hacemos de los mensajes que recibimos y de las experiencias que vamos viviendo tampoco son adecuadas siendo muy críticos, autoexigentes realizando pensamientos distorsionados que generan malestar y un mal concepto de nosotros mismos.
Todo esto se va identificando en las sesiones terapéuticas, observando donde hay que incidir en cada uno para ir aprendiendo herramientas conductuales, cognitivas y emocionales que ayuden a ir instaurándolas en el día a día y la persona se sienta más exitosa, confíe más en sí misma y se sienta más seguro con él mismo y con los demás, sin duda estos cambios van proporcionando una autoestima más sana base fundamental de la salud mental y de mayor probabilidad de la consecución de los objetivos que cada uno se ponga.
¿Te gustaría mejorar tu autoestima?
Primero habría que ir valorando los pensamientos que la persona tiene sobre sí mismo, el entorno en el que ha ido creciendo, sus experiencias vitales que le han ido marcando sus recuerdos y su autoconcepto y a partir de ahí se iría trabajando la autoestima, aprendiendo a pensar de forma objetiva, aceptar sus limitaciones, manejar las emociones que experimente en base a sí mismo y a los demás y potenciando aquellas habilidades sociales que le haga falta mejorar para completar el trabajo cognitivo y emocional.
La autoestima como base de la salud mental
La autoestima se considera un factor de protección para la mayoría de los trastornos mentales, si tenemos una adecuada autoestima nos sentiremos más seguros con nosotros mismos y sabremos afrontar de forma más adecuada aquellas dificultades que nos vamos encontrando en el día a día y que pueden suponer un mundo para muchas personas. Otras personas, sin embargo, van pudiendo afrontarlas y gestionar sus emociones de forma que les garantice proteger su salud mental e ir desarrollando sus vivencias de forma positiva sintiéndose bien con ellos mismos y con los demás.
Si nuestra autoestima no se encuentra bien, es más probable que se desarrollen problemas psicológicos, como ansiedad, depresiones, trastornos adaptativos, problemas de pareja, sexuales, estrés laboral, adicciones, trastornos de alimentación… Reforzar la autoestima y saber tratarnos a nosotros mismos debería ser una tarea constante en nuestro día a día.