¿Puedo estar padeciendo un tca?
Si te das cuenta que has empezado o llevas tiempo preocupado por lo que comes, por cómo te ves y cada vez le das más vueltas, te fijas en tu aspecto de forma recurrente y en el de los demás pero no sabes si es normal o puede ser que se te esté empezando a ir de las manos, puedes consultarlo con un profesional para averiguar que te puede estar pasando y si necesitas ayuda.
Hoy en día es muy difícil determinar cuándo tenemos un problema de alimentación o cuando simplemente te estás cuidando, ya que los mensajes que nos llegan del exterior son «come sano», «haz deporte», «mantente joven delgado…»
¿En qué consiste el TCA?
Cuando existe un problema de la conducta alimentaria va más allá de cuidarse, es un trastorno mental que se encuadra dentro de los trastornos mentales del DSM-V, manual diagnóstico que utilizamos los profesionales para identificar la patología que en ese momento tiene la persona y los síntomas que sufre.
Es importante identificar y valorar el malestar que estés padeciendo para entender qué función está cumpliendo y poder trabajarlo dentro de un marco terapéutico para así poder restaurar el bienestar que cada uno se merece.
Existen varios trastornos de la conducta alimentaria como son la anorexia, la bulimia, el trastorno por atracón, y el trastorno de conducta alimentaria no especificado en el que se encuentran la mayoría de las personas que tienen problemas con la comida.
¿Qué puedo hacer?
Es muy difícil para la persona que padece un trastorno de alimentación (TCA) como anorexia o bulimia pedir ayuda, contamos con esto y por eso desde la terapia se va trabajando poco a poco en este aspecto para que la persona pueda ir venciendo sus resistencias y pueda expresarse libremente sin sentirse juzgado, presionado o criticado.
Las personas que padecen anorexia o bulimia utilizan la comida y la preocupación por la imagen con toda la sintomatología que eso conlleva para manejar otros aspectos emocionales que no son capaces o ni siquiera identifican por generarles mucha incomodidad o sufrimiento. Suelen ser personas que se caracterizan por una elevada autoexigencia, hipersensibilidad a las criticas o los sentimientos que creen que los demás pueden tener hacia ellos debido a sus acciones, presentan una elevada autocrítica y excesiva responsabilidad para con ellos mismos y para con los demás. En el intento de controlar la comida encuentran una sensación de superación personal, valía y muchas pacientes me dicen “por lo menos lo que como depende de mí y estar delgada también” sintiéndose después frustrados, cansados, irritables, cuando van comprobando que no consiguen tampoco los objetivos que persiguen con la alimentación y su aspecto físico y que cada vez les va generando más obsesión, miedo a perder el control y un largo etcétera.
En función de cada persona se presentan una serie de síntomas que derivan de unas variables de vulnerabilidad personales, familiares y sociales que desencadenan en un momento dado y por una situación concreta el problema de la anorexia o bulimia y así se van desarrollando las conductas relacionadas con la alimentación y la imagen.
¿Cómo se tratan los TCA?
En la terapia con el psicólogo se van aprendiendo a identificar los pensamientos y emociones que cada uno vive y generan el problema con la comida (y finalmente consigo mismo y con su entorno) provocando miedo, conflictos personales, aislamiento, culpa y consecuencias físicas que muchas veces requerirán de la intervención y el trabajo multidisciplinar con otros profesionales.
Tratamiento multidisciplinar
Algunos de esos profesionales son psiquiatras cuando se necesita de forma temporal una medicación que ayude a modular algunos síntomas, y conseguir así que el trabajo psicológico sea más efectivo y el día a día de la persona afectada más llevadero por lo menos hasta que vaya pudiendo manejar por sí mismo la parte psicológica y emocional causante de su malestar y su anorexia y bulimia. A veces también necesitamos la ayuda de un nutricionista, para reeducar algunos aspectos alimentarios que se han ido perdiendo a lo largo del transcurso de la enfermedad o en algunos casos nunca se han aprendido o han estado desajustados. Además, en algunos casos la valoración médica periódica ayuda a tener una tranquilidad que hace que la terapia progrese y el bienestar de la persona, cuando los síntomas han ido afectando o provocando otros problemas físicos. A veces la intervención de un ginecólogo, cardiólogo, enfermero, dentista, ayuda a que el tratamiento sea más completo y la persona mejore los síntomas que prolongan el deterioro y con ello, la sensación de enfermo.