Alerta: Posible TCA
Con la llegada del nuevo curso y el comienzo de una nueva etapa después del verano, donde nos solemos relajar y flexibilizar algo más en nuestras rutinas, volvemos a querer ponernos en marcha, cuidarnos, empezar con buena letra… Debemos tener en cuenta que puede ser un momento donde afloren o empiecen a precipitar síntomas o comportamientos de riesgo relacionados con un trastorno de la conducta alimentaria. Esto puede ocurrir en personas vulnerables y con factores de predisposición a padecer este tipo de trastornos mentales. Son trastornos que afectan a todos los grupos de edad y a todos los niveles socioeconómicos, aunque sea más frecuente su aparición en mujeres jóvenes. Por supuesto no se pueden dejar de lado casos de varones igual de importantes.
También puede ocurrir que en verano al pasar más tiempo en familia hayamos observado ciertos cambios en sus comportamientos. Durante el resto del año al estar más ocupados nos pueden pasar desapercibidos, también se pueden acentuar durante las vacaciones. Los viajes de intercambio o al extranjero pueden ser también momentos de cambio que ocasionen preocupaciones sobre su aspecto además de oscilaciones en su peso factor a tener en cuenta como desencadenante de un posible TCA.
Reconociendo los síntomas
La detección precoz de un posible TCA es un factor de buen pronóstico que ayuda a la pronta intervención. El reconocimiento de la persona afectada de que algo puede estar pasando, es un aspecto fundamental para que se pueda abordar el problema y favorezca la recuperación de la persona y se evite la cronificación de los síntomas.
Para la detección de un posible TCA es importante estar atentos a:
- Cambios emocionales como momentos de irritabilidad, más allá de expresiones relacionadas con la adolescencia.
- Referencias reiteradas sobre el cuerpo o la imagen.
- Excesiva importancia a la comida y su forma de preparación.
- Aumento o disminución de peso.
- Tendencia al aislamiento o a poner excusas sobre todo en el momento de las comidas.
- Dificultad en expresar lo que siente.
- Comportamientos muy exigentes o responsables ante el nuevo curso.
Estos pueden ser algunos de los signos que nos pueden indicar que algo puede estar pasando. También hay que valorar que de forma aislada puede que no tengan relación con un posible trastorno de la conducta alimentaria ya que este es un problema multifactorial que deberá considerar un especialista en trastornos de este tipo y ofrecer un diagnóstico clínico que efectivamente confirme nuestras sospechas.
Mientras tanto no está de más conocer los signos que nos pueden indicar el comienzo de una anorexia o una bulimia. De esta forma se pueden ir adelantando pasos para aprender cómo enfrentarnos y cómo tratar este trastorno tan complejo y ponerse en manos de los profesionales adecuados que nos irán indicando cómo ir abordando los síntomas y ayudar al afectado para su pronta recuperación.
Ayudando al afectado
Es fundamental aprender cómo manejar el día a día estos cambios y cómo acercarnos al afectado para obtener su colaboración y que pueda reconocer si sufre un posible TCA. Una de las primera dificultades que se identifican en este trastorno mental es la negación del problema y la resistencia a acudir al tratamiento que cada uno necesite. Aquí juega un papel primordial cómo los allegados abordan al afectado y le expresan sus alarmas por lo que se recomienda consultar un experto y buscar los recursos adecuados para ayudar a la persona que nos preocupa.
Teresa González Hidalgo.
Psicóloga Sanitaria.
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